miércoles 2 de abril, 3:00 AM
En las próximas horas la Corte Suprema de Justicia confirmaría la condena que le impuso un tribunal oral a Romina Tejerina por haber matado a su beba, pero también reduciría su pena, por lo cual la mujer saldría en libertad.
El debate en la Corte es muy fuerte y, hasta la semana pasada, todo indicaba que Tejerina seguiría en prisión. Pero, ayer, la balanza cambió en favor de Tejerina y, esta vez, parece que su suerte está asegurada.
Todo indica que prosperará un proyecto elaborado por el ministro Raúl Zaffaroni, que propone considerar que Tejerina es culpable de la muerte de su hija nacida, a la que mató con un cuchillo, pero le reduce la prisión de 14 a 8 años. Como la mujer lleva presa más de cinco años, podría recuperar su libertad en forma inmediata.
Apoyan este proyecto Juan Carlos Maqueda y, eventualmente, el presidente del tribunal, Ricardo Lorenzetti. La mayoría se forma con cuatro votos y se estaría por sumar a ese grupo el ministro Carlos Fayt.
En cambio, hasta ayer, dos jueces del tribunal -Elena Highton, vicepresidenta del cuerpo, y Carmen Argibay- mantenían su criterio por dejar firme la condena de 14 años de prisión que le impuso el tribunal oral que la juzgó. Y Enrique Petracchi también podría conformar ese grupo. El crimen
El hecho, que conmocionó a todo el país, ocurrió el 23 de febrero de 2003 en Jujuy. Luego de siete meses de gestación, Tejerina dio a luz a su hija, de la que dijo que fue fruto de una violación. Afirmó que pensó que no vivía. Pero había escuchado llorar a la niña. La mujer la colocó en una caja y la acuchilló.
Mientras se desarrolló la causa en su contra, el supuesto violador fue sobreseído y, en noviembre de 2006, la Corte Suprema nacional dejó firme esa sentencia que lo benefició.
Un tribunal oral penal condenó a Tejerina en junio de 2005 y, el 24 de marzo de 2007, el Superior Tribunal de Justicia de Jujuy confirmó la pena de 14 años de prisión.
Tejerina había cometido un homicidio calificado por el vínculo, porque lo ejecutó en perjuicio de un hija, pero la Justicia igualmente encontró varios atenuantes para no imponerle la pena máxima del homicidio, que es de 25 años.
Los abogados de Tejerina sostuvieron que la joven siempre pensó que el nacimiento, sietemesino, había sido producto de un aborto. La Corte, sin embargo, nunca entró en el debate del aborto, porque la niña había efectivamente nacido. La Cámara de Casación provincial rechazó el recurso de los defensores y, finalmente, el caso está desde el año pasado a estudio de la Corte Suprema.
El crimen despertó reacciones muy fuertes y encontradas, porque mientras un sector alegaba que Tejerina había cometido un homicidio, aunque atenuado por las condiciones sociales y por su dura vida familiar, varios organismos de derechos humanos, la Corriente Clasista Combativa y sindicatos salieron en su defensa.
Fayt fue, en la Corte, quien encaró el criterio más extremo en favor de Tejerina: para él, la mujer no puede ser culpada. Pero ese criterio no prosperó, porque hay varios ministros que quieren confirmar la condena de Tejerina, aunque también pretenden que quede libre.
Ante la situación, que amenaza prolongarse sin que se resuelva la suerte de la mujer, los ministros están evaluando la posibilidad de confirmar su culpabilidad, reducir su condena y dejarla en libertad.
Todo indica que prosperará un proyecto elaborado por el ministro Raúl Zaffaroni, que propone considerar que Tejerina es culpable de la muerte de su hija nacida, a la que mató con un cuchillo, pero le reduce la prisión de 14 a 8 años. Como la mujer lleva presa más de cinco años, podría recuperar su libertad en forma inmediata.
Apoyan este proyecto Juan Carlos Maqueda y, eventualmente, el presidente del tribunal, Ricardo Lorenzetti. La mayoría se forma con cuatro votos y se estaría por sumar a ese grupo el ministro Carlos Fayt.
En cambio, hasta ayer, dos jueces del tribunal -Elena Highton, vicepresidenta del cuerpo, y Carmen Argibay- mantenían su criterio por dejar firme la condena de 14 años de prisión que le impuso el tribunal oral que la juzgó. Y Enrique Petracchi también podría conformar ese grupo. El crimen
El hecho, que conmocionó a todo el país, ocurrió el 23 de febrero de 2003 en Jujuy. Luego de siete meses de gestación, Tejerina dio a luz a su hija, de la que dijo que fue fruto de una violación. Afirmó que pensó que no vivía. Pero había escuchado llorar a la niña. La mujer la colocó en una caja y la acuchilló.
Mientras se desarrolló la causa en su contra, el supuesto violador fue sobreseído y, en noviembre de 2006, la Corte Suprema nacional dejó firme esa sentencia que lo benefició.
Un tribunal oral penal condenó a Tejerina en junio de 2005 y, el 24 de marzo de 2007, el Superior Tribunal de Justicia de Jujuy confirmó la pena de 14 años de prisión.
Tejerina había cometido un homicidio calificado por el vínculo, porque lo ejecutó en perjuicio de un hija, pero la Justicia igualmente encontró varios atenuantes para no imponerle la pena máxima del homicidio, que es de 25 años.
Los abogados de Tejerina sostuvieron que la joven siempre pensó que el nacimiento, sietemesino, había sido producto de un aborto. La Corte, sin embargo, nunca entró en el debate del aborto, porque la niña había efectivamente nacido. La Cámara de Casación provincial rechazó el recurso de los defensores y, finalmente, el caso está desde el año pasado a estudio de la Corte Suprema.
El crimen despertó reacciones muy fuertes y encontradas, porque mientras un sector alegaba que Tejerina había cometido un homicidio, aunque atenuado por las condiciones sociales y por su dura vida familiar, varios organismos de derechos humanos, la Corriente Clasista Combativa y sindicatos salieron en su defensa.
Fayt fue, en la Corte, quien encaró el criterio más extremo en favor de Tejerina: para él, la mujer no puede ser culpada. Pero ese criterio no prosperó, porque hay varios ministros que quieren confirmar la condena de Tejerina, aunque también pretenden que quede libre.
Ante la situación, que amenaza prolongarse sin que se resuelva la suerte de la mujer, los ministros están evaluando la posibilidad de confirmar su culpabilidad, reducir su condena y dejarla en libertad.
Por Adrián Ventura
De la Redacción de LA NACION
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