Estas cifras indican que la violencia sistemática aplicada contra las personas del sexo femenino está provocando un verdadero femenicidio, algo que hasta la Organización Mundial de la Salud reconoce como la principal causa de muerte en el mundo.
Sin embargo, esto no constituye una preocupación para la agenda de los gobernantes (sean hombres o mujeres); la justicia calla cuando no mira para otro lado; y la Iglesia es una de las ideólogas de este tipo de violencia.
No es casualidad que la mayoría de las víctimas sean las mujeres de la clase trabajadora y pobres de la ciudad o el campo, doblemente oprimidas y explotadas por esta sociedad machista y patriarcal.
Por eso, ninguna forma de violencia contra la mujer, incluida la violencia sexual, puede explicarse desde los casos individuales o aislados, o a causa de la patología o marginalidad de tal o cual individuo, ni de las tradiciones y costumbres de los pueblos.
Esa violencia que se ejerce contra la mujer tiene su origen en una relación social de propiedad y poder, el patriarcado, que establece como un hecho natural el dominio del hombre sobre la mujer.
Esta relación, enraizada profundamente en los distintos sistemas al servicio de la explotación, se legitima cultural e institucionalmente día a día en nuestra sociedad burguesa.
El gobierno de Cristina, principal responsable...
El Gobierno de Cristina Kirchner y el Estado Capitalista son los principales responsables de la muerte de decenas de miles de mujeres por esta violencia de género.
En primer lugar, porque al mantener la penalización del aborto permiten que se mueran más de 500 mujeres trabajadoras y pobres por año debido a los abortos clandestinos y que otras miles padezcan enormes sufrimientos por sus secuelas.
El Gobierno nacional y el Estado cometen el delito de abandono de personas, ya que al no invertir lo que corresponde en concepto de salud pública, no hacen nada para evitar que se mueran más de 6000 mujeres al año por cáncer de útero.
El Gobierno y las instituciones policiales y judiciales son responsables de que las redes de prostitución continúen haciendo desaparecer a miles de jóvenes y niñas impunemente.
El Gobierno y estas instituciones castigan a las víctimas, como Romina Tejerina, mientras amparan a los golpeadores, asesinos y violadores…
No es ninguna casualidad que Pocho Vargas (el violador de Romina) esté libre de culpa y cargo y ella condenada a 14 años de cárcel, o que el abogado salteño Hoyos (que lo detuvieron con una niñita de 8 años en un hotel) esté libre al igual que cientos de violadores.
Ganemos las calles para luchar por nuestros derechos.
Salir a la calle es peligroso. Te pueden violar o matar o todo al mismo tiempo. Trabajar es peligroso, ya que tu jefe o supervisor te puede acosar o violentar, abusando de su poder y tu necesidad.
Casarse o juntarse también puede resultar peligroso. Vos no sabes cuando tu pareja se va a enojar al punto de maltratarte o golpearte. Ser joven y vivir en un barrio humilde es peligroso porque te pueden desaparecer para explotarte como esclava sexual.
Ir a la escuela es peligroso. Una nunca sabe cuando un profesor va a utilizar su poder para abusarte o cuando tus compañeros te asediarán o te intimidarán. Ir a la iglesia es peligroso.
El cura puede ser un perverso o violador.En junio de este año se documentaron en Argentina 175,000 casos de abuso doméstico que llegaron a jurisdicción legal. Los especialistas dicen, que la mayoría jamás son reportados.
Y si bien es de temer que esto te pase en las calles a manos de desconocidos, es más terrible saber que el 82% de las mujeres y menores violados lo sean víctimas de familiares cercanos y que el 30% de las mujeres asesinadas lo sean en manos de sus parejas.
El asesinato de mujeres, niñas o adolescentes sucede cotidianamente y no es privativo de un lugar geográfico o social. Esto sucede por la imposición de la cultura patriarcal, que presupone la aceptación social de la violencia hacia las mujeres.
Las mujeres tenemos que decir ¡basta! a todas las formas de violencia. No podemos vivir en estado de terror permanente, tenemos derecho a realizarnos plenamente como seres humanos y no ser instrumentos de complacencia para las necesidades de otros.
Tenemos derecho a ser tratadas con respeto y a poder ejercer con libertad todas las funciones sociales y personales que elijamos, incluida la participación política, sindical y la lucha por la igualdad de género.
Para eso tenemos que organizarnos y tomar la defensa de estos derechos en nuestras propias manos, conformando comisiones en los lugares de trabajo, estudio y barrios que además nos garanticen mantener nuestra integridad física.
En Cinco Saltos las mujeres impulsoras de la comisión de apoyo a las víctimas de abusos y violaciones que con su lucha encarcelaron al ginecologo Carlos Anzaldo, nos mostraron el camino, el mismo que nos muestran las miles de mujeres (y tambien hombres) que en todo el país comenzaron a tomar como propia la lucha contra los violadores, contra las redes de trata, por la libertad de Romina, por la legalización del aborto, etc.
El próximo encuentro que se realizará en Neuquén, será una gran oportunidad para que miles de mujeres reflexionemos, organizándonos para enfrentar la violencia que sufrimos cotidianamente, tomando en nuestras manos el ejemplo de Cinco Saltos y la Comisión de Mujeres.
Este encuentro, deberá servirnos para esto y para redoblar nuestra lucha por la defensa de todos nuestros derechos.
TODAS AL ENCUENTRO DE NEUQUÉN
ALTO YA A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES.
COMISIONES DE MUJERES EN LOS LUGARES DE TRABAJO, ESTUDIO Y EN LOS BARRIOS.
POR EL DERECHO AL ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO PARA TODAS.
LIBERTAD Y ABSOLUCION INMEDIATA A ROMINA TEJERINA.
CARCEL PARA POCHO VARGAS Y PARA TODOS LOS VIOLADORES.
POR EL DESMANTELAMIENTO DE LAS REDES DE TRATA
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